Una de las cosas que más podemos admirar de Jesús, es que nunca nos pedirá hacer algo que Él mismo no está dispuesto a hacer. Siempre el Señor dará el primer paso, mostrándonos el camino.
El bautismo para muchos, es compromiso. Muchos están dispuestos a aceptar la vida eterna que viene con el aceptar a Jesús como Salvador, pero no están dispuestos a comprometerse con Él, aceptando las responsabilidades del Reino. Es similar al hombre que quiere vivir con la mujer, pero no quiere casarse con ella, pues, no desea hacerse responsable de ella. Lo que muchos no entienden, es que cuando uno recibe a Jesús de verdad, siente el deseo de seguirle. Ama a Jesús, quiere seguirle, y no se avergüenza de Él. No solo está dispuesto a bautizarse, sino que vivir el resto de su vida, dedicado a llevar a cabo la misión que Su Señor le ha encargado, por difícil que sea.