En el cristianismo hoy, sucede lo mismo que en la sociedad: Muchas personas nacen, pero nunca llegan a ser personas productivas, ciudadanos ejemplares. Esto se debe a la mala educación que reciben en el hogar (por padres que no cumplen sus deberes), y en la sociedad (por gobernantes que se preocupan únicamente por su propio bienestar económico). Con el tiempo las cosas se van empeorando, pues, cada quien se preocupa por sí mismo.
Los miembros del Centro De Vida necesitan captar nuestra visión, cumpliendo debidamente con el discipulado “uno a uno”. Así nuestra Iglesia multiplicará y alegrará al corazón de Dios.
Si Jesús nos da órdenes, como Iglesia, de “hacer discípulos”, debe ser por una razón. Dios no está contento con que seamos “conocidos” de Él. Él quiere que tengamos una relación íntima con Él. Por eso pide que nos bauticemos (identificándonos con Él), y que practiquemos Sus principios (todas las cosas que os he mandado). Conste que para “hacer discípulos”, tenemos que “ser discípulos”.