34 Un mandamiento
nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os
améis unos a otros.
35 En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvieres amor los unos con los
otros.
La familia de la fe
es enorme. Incluye todas las etnias del mundo entero. Algún día el Señor vendrá
por nosotros, y nos llevará con Él. Ese día no habrá diferencias, racismo, y
preferencias. Somos imperfectos aquí en la tierra, y aún no se ha manifestado
lo que hemos de ser, pero cada día se debe poder ver una diferencia en nosotros
en cuanto a estas cosas. De hecho, es mandato de nuestro Señor.
Si realmente
creemos en los principios enseñados por Jesús, y son la base de nuestra
creencia, este asunto de amarnos los unos a los otros, se va a ver. Se verá en
el tiempo que les dedicamos a nuestro discípulo y a los miembros de nuestro
Centro De Acción. Se verá en la manera en que nos dedicamos al engrandecimiento
del reino. Esto mostrará verdadero amor a Dios y los unos para los otros. Este
amor será notable no solo a nosotros, sino a todas las personas quienes nos
rodean. Así es como los demás sabrán que somos discípulos de Jesús