Muchos de nosotros
decimos confiar en Dios. Sin embargo, cuando nos toca obedecerle en alguna cosa
difícil, comenzamos a poner nuestras excusas y pretextos, intentando justificar
nuestra falta de confianza.
Esta semana, vamos
a concentrarnos en la palabra “FE”.
La palabra “fe” se compone de dos letras: La “F”, y
la “E”. Hno. Ricardo dice que estas dos letras representan lo que la fe nos da:
Fuerza Espiritual.
El Diccionario Larousse Usual describe la palabra
“fe” de la siguiente manera: (1) Fidelidad en cumplir los compromisos, lealtad,
garantía. (2) Confianza en alguien o en algo. (3) Creencia en los dogmas de una
religión.
Siendo la Biblia la Palabra de Dios, podemos dar por
seguro que cuando se trata de la fe mencionada en nuestro texto, estamos
hablando de Dios, y del hecho que debemos depositar nuestra plena y total
confianza en Él. Fe es creer, sin tener pruebas, las cosas que Dios dice,
aceptándolas como verdad, simplemente porque es Él quien las dice.
Es cierto que no podemos ver a Dios. Pero eso no
significa que no existe. Así como vemos los efectos del invisible viento,
también podemos ver los efectos de nuestro magnífico Dios. Sabemos que existe.
Y porque sabemos que existe, creemos en Su Palabra. Confiamos en lo que nos
dice, y aunque no podemos ver, ni entender cómo van a suceder muchas de las
cosas que Su Palabra nos confirma, por fe las creemos.
Algo que comprueba que no es vana nuestra fe, son
los millares de cosas que la Palabra ha declarado, y que ya se han cumplido.
Además de eso, muchas de las cosas de las cuales la Biblia nos habla, se están
cumpliendo ante nuestros propios ojos. ¡Hacemos bien en creer a Dios!