¿Qué haremos con la vida que Dios nos ha dado? No
hay que ser genio para darnos cuenta que la mayoría la estamos desperdiciando.
Los minutos se convierten en horas, las horas en días, los días en semanas, las
semanas en meses y los meses en años, y nosotros sin ningún plan, sin idea de
lo que hacemos.
Esto no
tuviera importancia si no hubiera una razón por nuestra existencia. No tuviera
importancia si no tuviéramos que rendirle cuentas a alguien por nuestro
comportamiento. Pero, la Biblia nos señala que después de esto, viene el
juicio. Un juicio en el cual Dios será el Juez que nos juzgará por nuestras
acciones.
Los que
estamos en el Centro De Vida sabemos bien que Jesús nos ha mandado a hacer
discípulos. Quiero que sepan que nuestra asistencia a los Centros De Acción y
Servicios De Celebración no van a contar para mucho, si no cumplimos este
mandato. Nuestros diezmos y ofrendas no nos ayudarán mucho si no somos
obedientes al mandato de discipular.
Si deseamos
que nuestra Iglesia sea una que agrade a Dios; si queremos que nuestros Centros
De Acción sean verdaderos Centros de ACCIÓN, ¡tenemos que discipular! ¡TODOS!
No es suficiente que lo sepamos. Nuestra buena intención no compra ni una taza
de café. El mandato no es pensar, buscar, pedir, intentar. El mandato es: Ir y
HACER discípulos.
Seamos
obedientes. Hagamos de nuestra Iglesia una Iglesia discipuladora, llena de
seguidores de Jesús. Si hacemos esto, no desperdiciaremos nuestra vida y
podremos acercarnos con más confianza al juicio. Y en cuanto al juicio,
recordemos lo siguiente: De que si viene - ¡viene!