¡Trabajando, trabajando, trabajando! ¡Ocupados en asuntos del Reino de
Dios! ¡Aleyupi!
En una
colmena, hay miles de abejas obreras, cientos de zánganos, y una reina.
La reina es
la única que puede producir otras abejas obreras, zánganos o futuras reinas. Su
vida es de uno a tres años.
Las obreras
superan siempre en número. Ellas son las que segregan cera, construyen el
panal, recogen néctar, polen y agua, transforman el néctar en miel, limpian y
defienden la colmena a precio de su propia vida. Una vez que pica, la obrera
desgarra parte de su abdomen al intentar sacar su aguijón, que es barbado. Poco
después muere. Si no muere en defensa de la colmena, tiene una larga vida de
seis semanas.
El zángano
carece de aguijón. No puede defenderse. Su única función es aparearse con las
nuevas reinas. Y una vez que se aparea con la reina, muere de inmediato.
Así como
estas abejas tienen su función y dedican su vida a la colmena, así los miembros
del Centro De Vida debemos estar dedicados al Reino de Dios. Tenemos un Rey,
Líderes y muchos trabajadores para agrandar, mantener, fortalecer y defender el
Reino.
Este mes
hablaremos de DONES. Dios nos ha provisto de muchos dones para llevar a cabo el
ministerio de Su Reino. Estos dones, NO son para uso personal. Son para uso del
Reino.
Recuerden 1
Corintios 3:10. “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como
perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire
cómo sobreedifica.” Si el Centro De Vida es nuestra colmena, ¿qué esperamos?
Hay mucho trabajo por hacer, y no hay tiempo que perder.