Creo que de las cuatro armas espirituales que Dios nos ha dado, “testimonio” es el más difícil. Nos cuesta entablar una conversación de índole espiritual con las demás personas. Muchas veces, terminan en fuertes discusiones, insultos, y simplemente preferimos evitar problemas.
La verdad es que si no anunciamos el evangelio, la gente no podrá recibir a Jesús como Salvador. Nos urge testificar. Observemos este encuentro entre Jesús y una mujer Samaritana, para ver qué cosas podemos aprender. Te esperamos esta semana en el Centro de Vida para estudiar el tema: Jesús y la Samaritana
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