El Tema de esta Semana es: JESÚS MI MAESTRO

Esta semana vamos a hablar de maestros; aquellos quienes nos enseñan. ¿Qué tanto saben? ¿Estamos seguros de que nos están enseñando la verdad? ¿Debemos aceptar como verdad lo que nos están diciendo, solo porque tienen el título de maestro?

Si vamos a decir que hemos decidido seguir a Cristo, entonces tenemos que vivir de acuerdo a las enseñanzas de Jesús. No podemos decir que Jesús es nuestro Maestro, y vivir de acuerdo a lo que enseña nuestra sociedad.

La enseñanza que damos, no debe ser la nuestra. La enseñanza que damos, debe ser la de nuestro Maestro Jesús. Solo hay un Maestro de verdad. Su nombre es Jesús, y es – ¡Cristo!

Te animamos a asistir este domingo al Servicio de Celebración y entre semana al Centro de Acción, los jóvenes este sábado al Bombardeo Intino.

Tema del mes de Agosto: HE DECIDIDO SEGUIR A CRISTO

El Tema de esta Semana es: JESÚS Y LOS 10 LEPROSOS

¿Qué tan agradecidos debiéramos estar por la salvación que tenemos en Cristo Jesús? ¿Qué precio se le puede poner al hecho de que Dios nos haya adoptado como hijos Suyos, haciéndonos herederos del cielo? ¿Cuándo es que un discípulo de Jesús podrá decir, “Ya cumplí. Estoy a manos con Dios.”

Por mucho que sirvamos a Dios, por mucho que sacrifiquemos, nunca estaremos a mano con Él. La verdad, es que pienso que no podremos realmente apreciar lo que Jesús ha hecho por nosotros, hasta que miremos con nuestros propios ojos lo que hay en la eternidad. Cuando llegue ese momento, será demasiado tarde para mostrar nuestra gratitud.

El Tema de esta Semana es: JESÚS Y EL PARALITICO

¿Hasta qué punto llegaríamos nosotros, con el fin de salvar a un familiar o amistad? Conste que tú y yo no podemos salvar a nadie del infierno. Pero, conocemos a alguien que sí los puede salvar. La pregunta que quiero que nos hagamos es: ¿Qué estamos haciendo para llevarlos a Cristo?

Nuestro temor de que se burlen de nosotros, que nos critiquen, o que seamos rechazados, no puede ser más fuerte que nuestro deseo de ver salvos a nuestros amigos y familiares. Al igual que para el paralítico, Jesús es la única esperanza que ellos tienen. Es nuestro deber llevarlos a Sus pies. Debemos asegurarnos que nuestro testimonio los está acercando y no alejando del Maestro.

Hay varios personajes en esta historia y creo que cada uno de nosotros nos parecemos a uno de ellos: La multitud, El Paralítico, Los 4 amigos, los escribas y Jesús. ¿A quién te pareces? no dejes de ir al Servicio de celebración este domingo y entre semana a tu Centro de Acción.

El Tema de esta Semana es: JESÚS Y EL NIÑO DADIVOSO

Tú y yo fuimos hechos a la imagen y semejanza de Dios. Lo que Él quiere, es que reconozcamos eso, en nuestro diario vivir, dependiendo totalmente de Él. Él quiere que nosotros le demos nuestro todo (por poco que sea), y que le obedezcamos de corazón, haciendo lo que nos dice. Si hacemos eso, veremos Su poder. Las almas serán salvas, discipuladas y la misión se llevará a cabo. Quizás piensas que lo que tienes es muy poco, que tu vida y recursos no son suficientes para servir a Dios, no te pierdas esta semana el Servicio de Celebración, Centro de Acción y Bombardeo Intino, hablaremos de Jesús y el Niño Dadivoso de cómo de algo pequeño el Señor puede hacer algo grande, no te lo pierdas.

El Tema de esta Semana es: JESÚS Y BARTIMEO

No importa cuán insignificantes nos sentimos, Jesús nos tiene en alta estima, especialmente, si reconocemos nuestra necesidad de Él. Mientras que nosotros nos enfocamos en las habilidades físicas de las personas, Jesús se enfoca en el corazón – el alma. Lo físico es temporal, el alma es eterna.

Bartimeo estaba físicamente ciego, en oscuridad, sin poder ver lo que le rodeaba, para poder percibir la vida con más claridad. En esa misma condición se encuentran todos los que no tienen una relación con Dios. Espiritualmente están ciegos, no ven con claridad los peligros, ni las bendiciones que les rodea para poder apreciar la realidad de las cosas.

Lo trágico de la ceguera espiritual es que lleva al infierno. Así como Bartimeo tenía una sola esperanza, así también el pecador. La única esperanza que tiene el pecador, radica en la misma persona quien era la única esperanza de Bartimeo: ¡Jesús!

Bartimeo clamó, reconociendo su situación, entendiendo que Jesús era el único quien podía darle la vista. Jesús le escuchó y le dio vista. Lo mismo tiene que hacer el pecador. Tiene que reconocer su situación, comprendiendo que Jesús es su única esperanza. Si no clama a Jesús, quedará espiritualmente ciego, y pagará la consecuencia por el resto de la eternidad.