¿Hasta qué punto llegaríamos nosotros, con el fin de salvar a un familiar o amistad? Conste que tú y yo no podemos salvar a nadie del infierno. Pero, conocemos a alguien que sí los puede salvar. La pregunta que quiero que nos hagamos es: ¿Qué estamos haciendo para llevarlos a Cristo?
Nuestro temor de que se burlen de nosotros, que nos critiquen, o que seamos rechazados, no puede ser más fuerte que nuestro deseo de ver salvos a nuestros amigos y familiares. Al igual que para el paralítico, Jesús es la única esperanza que ellos tienen. Es nuestro deber llevarlos a Sus pies. Debemos asegurarnos que nuestro testimonio los está acercando y no alejando del Maestro.
Hay varios personajes en esta historia y creo que cada uno de nosotros nos parecemos a uno de ellos: La multitud, El Paralítico, Los 4 amigos, los escribas y Jesús. ¿A quién te pareces? no dejes de ir al Servicio de celebración este domingo y entre semana a tu Centro de Acción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario