Es halagador saber
que nuestras familias son una sombra de algo más grande. En cada boda
aprendemos que la pareja matrimonial debe reflejar la relación de Jesús y la
Iglesia. De la misma manera, nuestras familias deben ser una buena
representación de lo que es la Familia de Dios.
Hablamos de vivir conforme a principios
bíblicos, pero, cuando se nos pregunta, “¿Cuáles?”, contestamos, “Estudio
bíblico, oración, compañerismo y testimonio”. Quiero mencionarles algunos
principios que suplico compartan entre familia, este mes, para sobreedificar.
Conocer Las Reglas. Algunas de ellas son:
(1) Dios siempre es primero. Nosotros estamos para amarle, honrarle y servirle
en todo. (2) Estamos para servir, no ser servidos. (3) Hay una estructura en
todo que debe ser respetada, incluyendo la estructura familiar.
Aprendizaje Continuo. Los discípulos del
Maestro, nunca estuvieron fuera de clase. Él les enseñó en todo tiempo y todo
lugar. Cada momento de la vida familiar es un momento de aprendizaje.
Aprendemos cómo mejorar, controlar nuestras actitudes, practicar principios
bíblicos y mucho más. Mientras enseñamos, también aprendemos. El mejor momento
para enseñar acerca de la paciencia, es cuando estamos frustrados. Así, podemos
enseñar ¡en vivo y a todo color!
Diferentes Niveles. No todos los miembros de
la familia están al mismo nivel. Tienen diferentes niveles de crecimiento
físico, intelectual, espiritual y posición. No podemos dirigirnos con la esposa
de la misma manera en que lo hacemos con los hijos. ¡Error! No podemos dirigirnos
al hijo que está en Intino, de la misma manera en que lo haríamos con el que
tenemos en el Club Infantil.
Abuso De Posición. Moisés era el líder,
pero, no era Dios. Se enojó con el pueblo y abusó de su posición, golpeando la
roca. La posición que ocupamos en la familia no nos da derecho de actuar como
nos plazca. Padre que no provee para su familia es “peor que un incrédulo”. No
podemos escondernos tras la excusa de que nuestra familia tiene un techo sobre
su cabeza, ropa que vestir y alimento que comer. La Biblia nos enseña que somos
espíritu, alma y cuerpo. Espíritu y alma vienen primero. ¿Nuestra familia ama y
sirve a Dios, o es desnutrida y débil en lo espiritual? ¿Cómo se encuentra la
mente, voluntad y emociones (alma), de los diferentes miembros de nuestra
familia? Allí es donde veremos la verdadera edificación familiar.
Nuestra familia CDV, es tan fuerte como las
familias quienes la componen. Cada uno mire cómo sobreedifica. –Hno. Ricardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario