El hecho de que nosotros dediquemos todo nuestro tiempo a una carrera, dinero, un deporte, familia, religión, o cualquier otra cosa, no preocupa a Dios. Él no está sentado en Su trono, agonizando, diciendo, “¿Por qué me ignoran?” Él sabe por qué. Él nos creó y lo sabe mejor que nadie.
Pero, si creemos que Dios va a compartir Su gloria con cualquiera de estas cosas, estamos gravemente equivocados. Si creemos que va a permitir que estas cosas reciban la alabanza que le corresponde a Él y únicamente a Él, estamos errados.
Dios permitirá que le ignoremos. Ha establecido la ley de la siembra y la siega que, para nosotros, entra en vigencia el día que llegamos al entendimiento del bien y del mal. Cuando nos encontremos en una situación difícil, acudiremos a nuestros falsos dioses (carrera, dinero, deporte, familia, religión, etc.), para luego llegar humillados y arrepentidos delante de Él. Él es Dios y no será burlado.
El hecho de que nosotros dediquemos todo nuestro tiempo a una carrera, dinero, un deporte, familia, religión, o cualquier otra cosa, no preocupa a Dios. Él no está sentado en Su trono, agonizando, diciendo, “¿Por qué me ignoran?” Él sabe por qué. Él nos creó y lo sabe mejor que nadie.
ResponderEliminarPero, si creemos que Dios va a compartir Su gloria con cualquiera de estas cosas, estamos gravemente equivocados. Si creemos que va a permitir que estas cosas reciban la alabanza que le corresponde a Él y únicamente a Él, estamos errados.
Dios permitirá que le ignoremos. Ha establecido la ley de la siembra y la siega que, para nosotros, entra en vigencia el día que llegamos al entendimiento del bien y del mal. Cuando nos encontremos en una situación difícil, acudiremos a nuestros falsos dioses (carrera, dinero, deporte, familia, religión, etc.), para luego llegar humillados y arrepentidos delante de Él. Él es Dios y no será burlado.