No argumento el hecho de que el dinero sea necesario para movilizarnos en este mundo. Necesitamos dinero para poner un techo sobre nuestra cabeza, alimentarnos y vestirnos. ¡Lógico! El peligro que corremos, es que en vez de controlar el dinero, permitamos que el dinero nos controle, sustituyendo a Dios en nuestra vida. La gran mayoria de cristianos pasamos más tiempo postrados frente al altar de las finanzas, que ante el altar de Dios Todopoderoso. Esto es idolatría.
El dinero en nuestra cuenta bancaria, la casa donde vivimos, el carro que manejamos, la ropa que vestimos, estarán por tiempo limitado. Las cosas materiales se quiebran, se descomponen y tienen necesidad de ser reemplazadas. Hoy están, y mañana ya no. Esta es la ley de lo material, carnal y físico. Quienes invertimos en el reino terrenal, pronto perderemos nuestra inversión, quedándonos con nada.
No así la inversión espiritual. En el cielo no hay polilla ni orín que corrompan. No hay ladrones que minan y hurten. Las inversiones espirituales son eternas. Así que, aunque necesitamos dinero para movilizarnos en el mundo, no cedamos a los deseos de nuestra carne, permitiendo que el dinero se convierta en un dios para nosotros. Dediquémonos al servicio del único y verdadero Dios, controlando el dinero y no siendo controlados por él.
No argumento el hecho de que el dinero sea necesario para movilizarnos en este mundo. Necesitamos dinero para poner un techo sobre nuestra cabeza, alimentarnos y vestirnos. ¡Lógico! El peligro que corremos, es que en vez de controlar el dinero, permitamos que el dinero nos controle, sustituyendo a Dios en nuestra vida. La gran mayoria de cristianos pasamos más tiempo postrados frente al altar de las finanzas, que ante el altar de Dios Todopoderoso. Esto es idolatría.
ResponderEliminarEl dinero en nuestra cuenta bancaria, la casa donde vivimos, el carro que manejamos, la ropa que vestimos, estarán por tiempo limitado. Las cosas materiales se quiebran, se descomponen y tienen necesidad de ser reemplazadas. Hoy están, y mañana ya no. Esta es la ley de lo material, carnal y físico. Quienes invertimos en el reino terrenal, pronto perderemos nuestra inversión, quedándonos con nada.
No así la inversión espiritual. En el cielo no hay polilla ni orín que corrompan. No hay ladrones que minan y hurten. Las inversiones espirituales son eternas. Así que, aunque necesitamos dinero para movilizarnos en el mundo, no cedamos a los deseos de nuestra carne, permitiendo que el dinero se convierta en un dios para nosotros. Dediquémonos al servicio del único y verdadero Dios, controlando el dinero y no siendo controlados por él.