Filipenses
2:3 dice, “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.”
Estamos aquí para
servir a Jesús y a las demás personas en Su nombre. Será difícil llevar esto
acabo, si nos sentimos superiores a los demás. ¿Quién mejor que nosotros para
comprender que aparte de Jesús no somos nada? Si nosotros no lo podemos
comprender, entonces, díganme, ¿quién?
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