TEMA DEL MES

TEMA DEL MES

marzo 04, 2018

TEMA DE LA SEMANA: SI NO YO ¿QUIEN?


Después de todo lo que Jesús ha hecho por mi; ¿con qué cara le preguntaría, “Y yo por qué”, cuando me enviara a hacer discípulos? Mi contestación debería ser, “¡Claro que sí, Señor! Si no yo, ¿quién?”

Hebreos 12:2 dice, “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”

(1) Estamos aquí para servir a Jesús. Si es a Él quien vamos a servir, entonces tengamos nuestra mirada fija en Él. Si lo perdemos de vista, ¿cómo le servimos? Nuestros ojos deben estar siempre en Él. Mantener nuestros ojos en Él significa que estamos atentos a Su voluntad. Cada vez que desviamos la mirada de Jesús, nos enfocamos en las cosas del mundo. Cuando esto sucede, se disminuye nuestra fe y las cosas (como “caminar sobre las aguas”), se vuelven imposibles y nos hundimos al igual que el apóstol Pedro. Al mantener los ojos en Jesús, nuestra misión se simplifica. Al quitarle la vista, se complica. ¡Bastante!

(2) Sabemos que no será fácil. Por simple y sencilla que fuera la misión, no es fácil. No es fácil porque hay un enemigo que lucha en nuestra contra. Ese enemigo tiene una fuerte influencia sobre la parte de nosotros que está ligado al mundo, o sea, nuestro cuerpo físico. Es lo que nosotros llamamos: Naturaleza Carnal. El mismo Señor Jesucristo nos exhorta a velar y orar, haciéndonos ver que el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil, y si no tenemos cuidado, caeremos en tentación (Mateo 26:41). Nosotros sabemos que estamos en una guerra. Es una guerra fuerte del bien en contra del mal. No será fácil pelearla. Nadie ha dicho que sería fácil.

(3) Sabemos lo que viene después. ¿Qué fue lo que ayudó a Jesús sufrir todo lo que sufrió por nosotros? Nuestro texto dice, “el gozo puesto delante de Él”. El obrar nuestra salvación, ver el engrandecimiento del Reino, ver realizada la voluntad del Padre y entregarnos vida eterna; todas estas cosas hicieron mas tolerables todo lo que padeció por nosotros mientras estuvo aquí en la tierra. Jesús sabía que iba a sufrir estas cosas antes de venir al mundo. Sabía lo que pasaría si venía, y también sabía lo que pasaría si no venía. Tú y yo también sabemos. Bien sabemos lo que nos espera en el cielo. Bien sabemos lo que le espera a todos aquellos quienes no tienen a Jesús en su corazón. Esto de saber lo que nos espera en el cielo por la eternidad, debería motivarnos a estar dispuestos a sufrir (mientras estamos aquí en la tierra), muchas cosas. ¿Qué es un poco de sufrimiento en comparación a todo lo que Él tiene preparado para nosotros?

¿Quién va a servir a Jesús? ¿Quién es el que más ha experimentado Su perdón? ¿Quién es el que más ha beneficiado de Su sacrificio en la cruz? ¿Quién es el que más le debe respeto, fidelidad, amor y servicio? ¿Quién es el que más agradecido debiera estar por la oportunidad de servirle las vienticuatro horas al día, siete días de la semana? Si no yo, ¿quién?

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