No
hay quien iguale a nuestro Dios. Mayormente nos enfocamos en el Amor de nuestro
Dios. Recordemos que la misma Biblia que nos dice, “Dios es Amor”, también
enseña que Dios es Santo. Así como Dios ordena que amemos, ordena que también
seamos santos, porque Él es Santo. Adoremos al Señor por Su Santidad, ya que Su
Santidad es la que nos permite a nosotros también ser santos.
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