Salmos 66:3 dice, “Decid a
Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán
a ti tus enemigos.”
La grandeza de nuestro Dios no es minimizado por los
problemas y dificultades que encaramos. Sin embargo, nuestra adoración de Su
grandeza ha sido reemplazada con un constante llorar y quejido de Sus hijos.
Eso necesita cambiar. ¡Y rápido!
No hay comentarios:
Publicar un comentario