“yo pues preso en el Señor, os
ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados”
En la vida cristiana no todo es color de rosa,
nuestra vida en este mundo no es semejante a un crucero de placer, sino más
bien a un campo de batalla. El Apóstol Pablo entendía bien esto, él entendía
que vivir una vida en obediencia, fidelidad y lealtad a nuestro Señor
Jesucristo tenía un alto costo, en su caso la cárcel.
El no se encontraba en prisión por ser un
malhechor y delincuente, sino por el contrario por predicar el mensaje del
evangelio con valentía en un tiempo en el cual hacerlo era un delito. Pero ¿Qué
era más importante para Pablo? ¿Obedecer a Dios o obedecer a los hombres? . En
el corazón del apóstol Pablo había espacio solo para una persona y ese era
Dios.
En esta condición y con su vivo ejemplo hace un
llamado y suplica a todos los cristianos a que vivan como es digno de la
vocación con que fueron llamados. Fuimos llamados de la condenación y la muerte
eterna a una vida gloriosa en Cristo Jesús, fuimos llamados del mundo de las
tinieblas al mundo de la luz, de hijos de ira a Hijos de Dios; de lejanos a
causa de nuestro pecado a cercanos por la sangre de Cristo, de ciudadanos
terrenales a ciudadanos celestiales.
En consecuencia nuestro andar o estilo de vida
debiera de reflejar nuestra fe y nuestra nueva condición en Cristo. somos
llamados a vivir un estilo de vida que agrada a Dios, somos llamados a amar a
Dios por encima de todo, somos llamados a amar a nuestro prójimo como a
nosotros mismos, somos llamados a servir, evangelizar y discipular, somos
llamados a seguir los pasos del maestro, somos llamados a ser cada uno de
nosotros misioneros por la causa de Cristo.
Si pudiéramos simplificar el texto, esta diría
lo siguiente “ya que sois cristianos, vivid como tal” ser cristiano no es una
serie de ritos religiosos que tienes que realizar cada semana, ser cristiano no
es vestirte de morado con un crucifijo grande en el pecho, ser cristiano no es
asunto de religión, ser cristiano es esencialmente vivir a Cristo.
Pablo era un modelo de esto, él vivía a Cristo,
él era un misionero de alma y corazón cuyo mensaje era acorde a su estilo de
vida. ¿Qué de nosotros? Sabían que cuando entregamos nuestra vida a nuestro
Señor Jesucristo, en ese mismo día fuimos llamados a ser misioneros cada uno de
nosotros, Jesús nos encomendó una misión y esa es el de hacer discípulos a
todas las naciones. Esta misión no es solo tarea del pastor, de los diáconos o
de los líderes de nuestra iglesia, esta es tarea de todos.
¿ y donde es nuestro campo misionero? Puede ser
en nuestro hogar, en nuestro vecindario, en nuestro centro de estudios o en
nuestro trabajo, ahí es donde debemos de dar testimonio y levantar bien en alto
el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
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