Creo que todos tomamos muy a la ligera la palabra “amigo”. Nosotros llamamos “amigo” a personas de quienes no sabemos absolutamente nada. Muchos otorgan el título de “amigo” a sus cómplices de pecado.
Así como el carnicero toma dos cuchillos para frotarlos el uno contra el otro para darles filo, así dos amigos sacan lo mejor el uno del otro. Ninguno de los dos buscarían el mal del otro, usándolo para sus propios fines egoistas.
Cuando llegamos al momento en que un “amigo” tiene mas influencia sobre nosotros que Dios, vamos mal. Un verdadero amigo se daría cuenta que Dios tiene que ser Número Uno en nuestra vida, al igual que en la de ellos, para que las cosas pudieran marchar bien. Ni siquiera competiría con la posición de Dios. Si la persona a quien llamamos “amigo”, nos insta a ir en contra de Dios y Sus principios, ¿en qué forma busca nuestro bienestar? ¿En que manera podría calificar como “amigo”?
Creo que todos tomamos muy a la ligera la palabra “amigo”. Nosotros llamamos “amigo” a personas de quienes no sabemos absolutamente nada. Muchos otorgan el título de “amigo” a sus cómplices de pecado.
ResponderEliminarAsí como el carnicero toma dos cuchillos para frotarlos el uno contra el otro para darles filo, así dos amigos sacan lo mejor el uno del otro. Ninguno de los dos buscarían el mal del otro, usándolo para sus propios fines egoistas.
Cuando llegamos al momento en que un “amigo” tiene mas influencia sobre nosotros que Dios, vamos mal. Un verdadero amigo se daría cuenta que Dios tiene que ser Número Uno en nuestra vida, al igual que en la de ellos, para que las cosas pudieran marchar bien. Ni siquiera competiría con la posición de Dios. Si la persona a quien llamamos “amigo”, nos insta a ir en contra de Dios y Sus principios, ¿en qué forma busca nuestro bienestar? ¿En que manera podría calificar como “amigo”?